En este artículo queremos profundizar un poco más en la tradición del textil artesanal marroquí, todo un arte que se ha transmitido a lo largo de generaciones, de padres a hijos, creando un legado lleno de colorido y belleza.
Marruecos siempre ha sido un país con mucha historia textil, una cultura de comerciantes, siendo un lugar de paso de muchas rutas comerciales, al estar situado entre África y Europa.
En esta actividad participan hombres y mujeres, en tareas que han estado siempre divididas. Las mujeres se encargan de preparar e hilar las materias primas utilizadas, como la lana o la seda de ágave y los hombres de la confección.
Geográficamente, el norte de Marruecos, es un área en la que se elaboran artesanías muy apreciadas y populares. Siendo los bordados y los telares, elementos cotidianos en la vida marroquí.
Entre otras, podemos destacar ciudades como Azemmur, Fez, Meknes, Rabat, Salé, Tetuán ó Chaouen, donde a lo largo del tiempo, se han desarrollado diferentes técnicas con diversasinfluencias. Sin embargo, todos ellas tienen en común, los motivos del diseño y la riqueza de sus colores.
En la ciudad de Chaouen, el color azul está presente en muchas de las creaciones. Los tejidos chaueníes son la expresión de una sociedad compleja, en ellos podemos ver plasmados sus pensamientos, sus tradiciones o sus formas de vida.
El reflejo de la vida comunitaria marroquí se puede apreciar en la variedad de posibilidades textiles. Estas, se adaptan a las necesidades de la vida cotidiana o muestran un refinamiento excepcional, dependiendo de la ocasión.
La ciudad de Fez está especializada en los bordados de seda sobre lino y algodón, así como en los trabajos con hilos de oro y velos de satén. Meknes es popular por sus bordados en suaves colores, mientras que en Rabat predominan los motivos de la herencia de Al Andalus. La ciudad de Salé destaca por las formas y diseños decorativos y Azemmour lo hace por los coloridos bordados que sirven de tapices o adornos para las cortinas.
Entre los materiales que se pueden encontrar en el textil artesanal marroquí, nos gustaría destacar la utilización de la seda de agave. La planta es originaria de México y ha llegado hasta Marruecos.
El agave es una planta de apariencia similar al aloe vera, se cultiva en zonas áridas como el desierto del Sáhara y con él se produce la seda de ágave, un material que, por su brillo y resistencia, se asemeja al utilizado en las telas tradicionales marroquís.
Otras de las características positivas que tiene la producción biológica de seda de agave, es que las propias piezas, después de su uso, pueden servir como fertilizante ecológico
La seda vegetal de agave tiene una gran capacidad de absorción de humedad, lo que la convierte en un material en el que difícilmente se crean arrugas. Además, es un material muy flexible, elástico y resistente. Es perfecto para confeccionar productos decorativos y textiles duraderos, como cojines, mantas, vestidos o cubrecamas.
Dentro de la clasificación de las fibras naturales, podemos encontrar tres tipos; las procedentes de frutos y semillas, como el algodón o la fibra de coco, en segundo lugar. En segundo lugar, las que proceden de los tallos de la planta, como el lino, el cáñamo o el yute. Por último se encuentran, las que se obtienen a través de las hojas, entre las que encontramos al agave.
Para elaborar la seda vegetal de agave, se machacan las hojas de la planta hasta hacer que se desprenda su parte verde y húmeda. De ahí se extraen las fibras que hay en su interior y se dejan secar. Posteriormente los hilos se lavan y se peinan, obteniendo un hilo blanco. Las hojas de agave crecen en el suelo y salen desde el centro de la planta.
Como dato curioso, el agave solamente florece una vez en su vida y muere tras esa floración, dejando una gran descendencia cada vez que esto sucede. A este fenómeno se le denomina monocarpismo.
Os dejamos este video en el que podemos ver cómo se obtiene la fibra de agave a partir de la planta.
La herramienta que se utiliza para confeccionar el textil artesanal marroquí, es el telar de pedal. Un sistema ancestral que permite trabajar a mayor ritmo y velocidad, además de permitir hacer tejidos más anchos y con diversidad densidades.
El telar de pedal tiene como base una estructura de madera. A través de la cual y con el movimiento de las manos y los pies, se van hilando cada uno de los hilos. Para el uso del telar se precisa hilo previamente urdido que se sujeta al travesaño. Una vez sujetas las hebras, cada hilo tiene que pasar por las agujas, mediante la colocación de las hebras en cada aguja y determina el diseño en la tela que se ejecutará.
Es importante que este tipo de técnicas, continúen perviviendo y resistiendo en el tiempo, ante el sistema de producción textil globalizado.
La preservación del telar de pedal y otras técnicas similares, significa conservar el latido que en ellas podemos escuchar. Un latido de memoria y dignidad que engloba las diversas maneras de relacionarnos y entender el mundo.
En Marruecos, el textil no industrial, sirve para abastecer principalmente a su mercado interno. Este sector, está cada día más en declive, con motivo de la feroz competencia que ejercen, tanto las fábricas textiles de capital extranjero que producen en territorio marroquí, como la producción a bajo costo en los países asiáticos.
En Marielita Color, hemos querido hacer el mejor homenaje posible a toda esta herencia cultural y tradición textil. Por eso hemos diseñado esta colección única y exclusiva, confeccionada con diferentes telares marroquís. Telares llenos de vida y color, en los que podemos apreciar el textil artesanal marroquí. Entra en esta colección y descubre el origen que nos une.